MAG #8 La Tercera Plataforma | Page 40

Una empresa está formada por personas. Los lugares del organigrama empresarial, las distintas funciones, solo son operativas si alguien las ocupa y desde ese lugar desarrolla la función.

Formar a estas personas técnicamente es muy importante, pero entrenarlas en otras habilidades no técnicas, que se podrían resumir bajo el ámbito de la gestión emocional, puede serlo más si cabe. De hecho, en ciertos modelos empresariales, como el inglés, prima la gestión de personas y de equipos sobre los conocimientos técnicos, de tal manera que si eres un trabajador de una empresa, tu jefe puede saber menos que tú técnicamente del asunto de que se trate, pero ser muy bueno en la gestión de equipos y personas.

El modelo inglés puede no ser a veces el más adecuado, pero sí nos muestra que es necesario y fundamental, además de entrenar a las personas en habilidades técnicas, entrenarlas en la gestión de las emociones.

En el trabajo pasamos una tercera parte de nuestro día. Si otra del las tres terceras partes la pasamos durmiendo, el trabajo supone más de la mitad de nuestra vida despierta. El trabajo no es exclusivamente la manera en que nos ganamos el sustento. En él se despliega la personalidad de cada uno, surgen afectos positivos y negativos hacia los compañeros y jefes, los logros laborales son una de las más importantes fuentes de autoestima, etc.

No somos sujetos individuales, somos grupales. Más allá de que la organización funcione en equipos de trabajo, cada equipo se organizará en subgrupos de manera inconsciente, por ciertas afinidades o simpatías.

www.alejandramenassa.com

INvertir

en las personas