WALIC MAGAZINE #10 #10 | Page 18

Hemos heredado siglos de historia. Si nos limitamos al ya extenso pensamiento occidental, grandes pensadores han ido sembrando su legado para que nosotros podamos recoger los frutos.

Todo lo que piensa un humano está escrito en algún libro, deberíamos preguntarnos qué libros nos hacen, en qué pensamiento habitamos, qué autores nos faltan por leer para poder ser un humano de este siglo, para habitar el siglo XXI. A veces vivimos en este tiempo con pensamientos del siglo IV a.C, es decir, no vivimos en este tiempo, no somos hombres y mujeres veintiúnicos.

Heiddeger nos llevó de la mano a repensar lo pensado. Él trabajó tres diálogos de Platón que hasta entonces no habían sido minuciosamente examinados: El Parménides, El sofista y Filebo. No vamos a entrar ahora en la metafísica, lo tomamos para decir que él quiso mostrar que el pensamiento filosófico establecido hasta entonces podía ser cuestionado si lo pensábamos desde otro prisma, si hacíamos una relectura, cuestionando la propia idea del ser y del tiempo que manejaba la filosofía durante siglos.

La ciencia avanza cuestionando el orden establecido. En Medicina esto es muy notable. Los anatomistas se pasaron centenares de años hablando de los poros interventriculares de Galeno, todos repetían su existencia en escrito tras escrito y nadie lo cuestionaba, a pesar de que era imposible probar su existencia. Hasta que Harvey, muchos siglos después, dijo: no existen tales poros.

Cuando Pasteur comunicó a la Real Academia de Medicina de París que había aislado una bacteria patógena para el hombre y podía desarrollar una vacuna, la Sociedad médica, reaccionaria como siempre ha sido el orden médico establecido, le contestó que cómo un bichito tan pequeño iba a producir una enfermedad en un ser tan grande como un humano. La ideología oponiéndose al progreso de la ciencia. Hoy día nadie pone en duda que las bacterias son patógenos humanos.

En fin, podríamos poner cientos de ejemplos, pero llevando el modelo de la ciencia a nuestro propio humano pensar y a nuestra vida cotidiana, a veces nos obcecamos en una manera de pensar que ya está caduca, que nos sirvió quizás de niños (como las antiguas ideas platónicas sirvieron en su tiempo a los hombres para poder pensar la realidad y aún guardan su verdad histórica) pero que ya no nos sirve. Si algo va mal en nuestra empresa, quizás tengamos que revisar el proyecto, la ideología que lo sostiene, cómo pensamos la economía, el trabajo, la organización social, las relaciones laborales, etc.

Y para pensar nuestro mejor amigo son los libros, por un lado, puesto que conocer es parte del aprendizaje, pero a veces también tenemos que hacer otro trabajo, que puede ser incluso más importante que el primero: vencer nuestros prejuicios, abandonar antiguas maneras de pensar. Bacon habló de cuatro obstáculos al conocimiento: Los ídolos de la tribu, de la caverna, del teatro y del foro. Cada uno explica los prejuicios que el sujeto lleva en su mirada por condicionamientos familiares, sociales, históricos y de su historia personal.

Una de las mentes más brillantes de la historia de las ciencias dijo que era más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio, fue Einstein. Y es cierto. Un prejuicio es un juicio previo que uno tiene sobre la realidad y que le lleva a verla de una manera determinada, sin posibilidad de otra mirada. Repensemos y revisemos nuestros prejuicios. La ayuda de un profesional puede ser fundamental en cada uno de estos aspectos. Un maestro para el conocimiento, un psicoanalista que pueda levantar nuestros prejuicios para abandonar ideas ya caducas y abrazar lo nuevo.

Dra. Alejandra Menassa

repensar lo pensado

www.alejandramenassa.com

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